“La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una matemática perfecta, Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas.”
Valle-Inclán
---o---
Salimos del bar y todo parece diferente. Ha caído la noche, no recuerdo a la hora que entramos a ese garito pero si que era de día. Son algo así como las cinco de la mañana. Decidimos no coger el coche y volver mañana a por él. Vamos dando un paseo mientras volvemos a casa...
No se si será cosa de los cosmopolitans de esta noche pero las luces de la ciudad tienen esta noche un brillo singular.
Me llama la atención que aún quedan líneas de autobuses nocturnos disponibles. Varios coches nos pitan, de uno de ellos sale un personaje digno de cualquier circo y nos recita unos bellos versos gongorinos. Una fila de taxis esperan para su próxima carrera en frente de la estación de tren, estará a punto de llegar el ave de las seis o eso creemos.
Vamos paseando por el carril bici como si de una pasarela de modelos se tratase cuando el estridente sonido de un timbre de bicicleta suena a nuestras espaldas... Inmediatamente despejamos la vía y volvemos a la parte de acera que nos corresponde. Llegamos a la conclusión de que el carril bici recorre toda Sevilla aunque nos preguntamos si llegara también a Sevilla Este...
En nuestro camino nos cruzamos con algún que otro 'runner' madrugador y alguna que otra maruja que nos mira con cara de pocos amigos.
Al fin en terreno conocido. La ciudad empieza a despertar y el ruido de los coches empieza a formar parte de la mañana. Cuando llego a casa las luces de las farolas se han apagado y yo con ellas.
